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Para explicar qué es el emprendimiento social lo mejor es echar mano de las palabras de Mirjam Schoening, Directora de la Fundación Schwab, quien aseguró que “los emprendedores sociales son la fuerza impulsora detrás de las innovaciones que mejoran la calidad de vida de las personas de todo el mundo”. Se trata de empresas en las que su razón social es en primer lugar satisfacer a la vez necesidades de la sociedad en la que se desenvuelven. Si bien no es una típica empresa privada del sector capitalista, su lógica no encaja ni en el paradigma de las empresas públicas del sector estatal ni el de las organizaciones no gubernamentales.
Entonces, ¿cómo funcionan? Son organizaciones que aplican estrategias de mercado para alcanzar un objetivo social. El movimiento del emprendimiento social incluye tanto a organizaciones sin ánimo de lucro que utilizan modelos de negocio para alcanzar su misión como a organizaciones con ánimo de lucro cuyo propósito principal es de carácter social. Su objetivo ―cumplir con objetivos que son al mismo tiempo sociales/medioambientales y financieros― se describe como el «triple resultado»: lograr al mismo tiempo desempeñarse en la dimensión social, ambiental y del beneficio económico. Los emprendimientos sociales se diferencian de los emprendimientos comerciales en que su objetivo social o medioambiental siempre están en el centro de sus operaciones.
Así, en lugar de maximizar las participaciones de sus accionistas, el principal objetivo de las empresas sociales es generar beneficios para impulsar sus objetivos sociales o medioambientales. Dichos objetivos pueden lograrse de distintas maneras dependiendo de la estructura del emprendimiento social: el beneficio de un negocio puede destinarse para apoyar un objetivo social como por ejemplo la financiación de la actividad de una organización sin ánimo de lucro o bien el emprendimiento puede dar cumplimiento a su objetivo social a través de su propia actividad empleando a personas excluidas o prestando sus beneficios a microemprendimientos con dificultades para acceder a préstamos de inversores corrientes.
Son muchos los ejemplos de empresas que se han consagrado a generar valor social, a beneficiar a su comunidad, haciendo la vida más fácil a aquellos que los rodean. Algunas de ellas son:
Teach for America: Wendy Kopp es la fundadora de esta organización, cuyo objetivo es acabar con las desigualdades educativas. Para ello, recluta a recién licenciados y profesionales para enseñar en escuelas urbanas y rurales deprimidas de los Estados Unidos.
YouNoodle: Rebeca Hwang, coreana, ha sido una de las 20 jóvenes emprendedoras más inspiradoras para la revista Forbes. Con su iniciativa ha logrado conectar a gobiernos y grandes empresas con emprendedores sociales, a través de una plataforma digital, ayudándolos a conseguir financiación y hacer sinergias con empresas e instituciones.
GenesysWorks: Su creador, Rafael Álvarez, es un ingeniero mexicano que ofrece a estudiantes con pocas posibilidades económicas entrenamiento en trabajos de alta tecnología para demostrar así su teoría de que los estudiantes que experimentan el éxito en el primer trabajo profesional tienen más probabilidades de continuar su preparación y prosperar.
Fundación Ana Bella: Ana Bella está utilizando los testimonios positivos de mujeres supervivientes de violencia machista para visibilizar y apoyar al 80% de las mujeres víctimas que no denuncian y, por lo tanto, no son beneficiarias de los recursos de ayuda oficiales diseñados para ellas. A través de la creación de redes naturales de confianza y proporcionando ejemplos positivos de superación, logra empoderar a mujeres maltratadas para que se transformen en supervivientes, capaces de actuar como promotoras de igualdad, rompiendo así con la cadena generacional de violencia.
Enlace Hispanoamericano de Salud (EHS): Andres Martínez, Emprendedor Social 2009, está adaptando tecnologías de telecomunicaciones para mejorar la eficiencia de los sistemas de salud pública en las zonas rurales más remotas de países en desarrollo. Para ello ha empleado redes inalámbricas de larga distancia que permiten una comunicación continua y directa entre personal auxiliar y médicos profesionales mejorando la calidad de la atención a los pacientes y reduciendo los costes al mismo tiempo