
Hay muchas cosas que inspiran una boda. También negocios. Este es el caso de Ana y Elena o Piccole & Coccole, dos hermanas – diseñadora gráfica una y decoradora de profesión otra- que se unieron para hacer realidad un sueño que tenían desde pequeñas. Dedicarse a crear composiciones florales que generan emociones.
Desde hace dos años estas madrileñas con almas divididas entre tierras manchegas y gallegas crearon esta empresa que basa su singularidad en la investigación constante de variedades de flores no vistas y en el riesgo a la hora de seleccionarlas, de elegir los colores y de combinarlos creando composiciones únicas y nunca vistas. Son capaces de transformar cualquier espacio y llevarte con sus flores a lugares donde siempre quisiste estar.
Flores que perduran en el tiempo
Sus composiciones -sobre todos las que hacen para individuales- tienen la capacidad de perdurar en el tiempo. Ana y Elena han conseguido seleccionar flores y combinarlas de tal manera que en su proceso de secado se mantienen casi intactas -aunque depende mucho del tipo de flor- y con una belleza que perdura en el tiempo, por lo que sus composiciones pueden decorar cualquier espacio durante meses.
Su especialidad es la realización de proyectos florales para momentos importantes en la vida de los clientes, como eventos familiares -bodas, bautizos, aniversarios, cumpleaños…- o eventos de empresa -decoración y mantenimiento de espacios y oficinas, decoración especial para eventos, etc.- y también proyectos personalizados que diseñan junto al propio cliente. “Pero siempre –apunta Ana- intentamos sorprender con un resultado final un poco inesperado. Las flores -continua Elena- tienen ese efecto en el que las ve de generar emociones. Emociones que nos encanta contemplar cuando entregamos el proyecto. Si todo fuera demasiado obvio perderíamos ese efecto sorpresa y de felicidad que vemos cuando ven el montaje final. Lo más gratificante para nosotras es producir esa sensación de felicidad”.