
El uso de nuevas formas de pago ha democratizado este tipo de procesos y ofrece una alternativa que no es posible mediante el pago con dinero en efectivo. Cada vez más, los ciudadanos recurren a nuevos métodos y aplicaciones que ofrecen sencillez, seguridad y control de los gastos, e incluso ya es posible realizar pagos con criptomonedas en establecimientos.
Cuando en España apareció la primera tarjeta, nadie confiaba en la seguridad que brindaba, por lo que el pago en efectivo era sin duda el método más utilizado por la mayoría de los ciudadanos. Sin embargo, en los últimos años diversos estudios afirman que el pago con tarjeta ha desbancado al pago en efectivo como primera opción para realizar las compras. En la actualidad, el desarrollo de nuevas tecnologías ha permitido que se renueven las formas de pago y que éstas se realicen cada vez más a través de métodos mucho más seguros para el usuario, a la par que sencillos.
La disminución de la retirada de efectivo en los cajeros automáticos, una tendencia que se observa principalmente entre los jóvenes, y el pensamiento generalizado de que el dinero efectivo acabará desapareciendo, hace que las nuevas tecnologías que propician otro tipo de transacciones en el que no interviene el dinero físico aumenten y mejoren a pasos agigantados.
El comercio electrónico ha sido otro de los factores que ha conseguido que la tarjeta se considere uno de los medios más usados a día de hoy, y su aumento ha traído consigo un mayor uso de esta forma de realizar transacciones. Las nuevas tecnologías están cambiando no solo la forma en que pensamos o la forma en que interactuamos, sino que también están transformando la forma en que compramos y la forma en que pagamos. Las aplicaciones destinadas a estas acciones comienzan a tener mucha más relevancia, ya que simplifican la forma de pagar en diferentes comercios y plataformas, además de ofrecer la misma o mayor fiabilidad y seguridad al realizar este tipo de acciones. Uno de los principales impulsores de esta rápida transformación ha sido la masiva adopción de smartphones y dispositivos móviles personales. De hecho, los pagos móviles generaron unos ingresos de €517.000 M en el año 2016 y se predicen llegar a casi €4Billion 2023.
Por este motivo, el dinero en efectivo parece tener los días contados pese a los detractores que aún no confían en la fiabilidad de estos nuevos métodos de pago. El claro ejemplo de ello se encuentra en las criptomonedas, el medio digital de intercambio que permite realizar transacciones financieras, controlar la creación de nuevas unidades y verificar las transferencias de activos. Desde el nacimiento del Bitcoin en 2008, una de las criptomonedas más conocidas, la evolución de estos activos ha permitido acercarlo al ciudadano de a pie para poder realizar pagos de la misma forma que se harían con una tarjeta de crédito.
A pesar de que su penetración en nuestro país todavía es pequeña, se observa un potencial significante para este tipo de métodos en el futuro, aunque ya existen proyectos que buscan implantarlo en la actualidad. Es el caso, por ejemplo, de Eurocoinpay, la primera empresa que mediante su pasarela de pago permite al usuario pagar en establecimientos como supermercados y restaurantes, entre otros, con la criptomoneda que el usuario elija y sin comisiones. Además, desde el 15 de enero es posible operar con su moneda en tres de los Exchanges más importantes (Exrates, P2PB2B y Latoken), como explican desde su web.
Por tanto, el mundo de las criptomonedas podría instaurarse como el método del futuro para realizar pagos de forma sencilla, segura y este tipo de proyectos permite comprobar su usabilidad a corto y largo plazo, pero con la seguridad que no era posible ofrecer algunos años atrás.