
Por @TopEmprendedores, sígueme en Twitter
Enfrentarse a una entrevista de trabajo nunca es sencillo. A menudo, los nervios juegan malas pasadas y las respuestas que damos no suelen ser del todo… convincentes. Aun así, existen determinadas cuestiones que son, de lejos, las más complicadas a la hora de dar una respuesta relativamente digna. Durante estos discursos, los entrevistadores están más al loro que nunca y miden tu madurez, tu espontaneidad, tus habilidades discursivas, etc. Básicamente, existen una serie de preguntas con las que ellos, aunque tú no lo sepas, te ponen al límite para conocerte mejor de lo que te conoces tú. Al loro:
1. “Explícame cuáles crees que son tus rasgos diferenciales”. Cuidado. Lo que quieren oír es qué rasgos diferenciales puedes aportar a su empresa. No se trata de que les sueltes un discurso inflando tus aptitudes ni relatando tu currículum –recuerda que ellos ya lo tienen y ya se lo han leído-. Trata de contar una historia. Una historia BREVE. En la que expliques los porqués de tus decisiones académicas y laborales y concluye explicando en qué puedes servirle a ellos toda esa experiencia.
2. «¿Por qué quieres trabajar en esta empresa?» Parece una pregunta inocente y fácil de responder, pero no lo es tanto. Aquí no deberías hablar de ti ni de lo que te puede aportar el puesto al que optas ; sino centrarte en ellos. Algo muy recomendable antes de acudir a una entrevista de trabajo es que “estudies” todos los datos de la empresa en la que has solicitado el empleo. De esta manera, podrás hablarles de sus valores, de su modo de trabajo, de sus características esenciales… Cuantos más datos ellas, más valorarán tu esfuerzo y más creíble será tu discurso.
3. «¿Por qué debería escogerte a ti en lugar de a tus compañeros?» PELIGRO. Repetimos: PELIGRO. En este tipo de preguntas es donde puedes sacar a relucir tu “bajeza humana” más extrema. No entres en valorar a otros. Habla únicamente de ti: pero con sentido. No vale de nada que te compares con alguien a quien apenas conoces. Trata, simplemente, de destacar tus puntos fuertes. Compromiso, capacidad de adaptación y liderazgo son algunos de los aspectos que más se valoran: ¡pero por ejemplos que los justifiquen relacionados con tu experiencia! Si no, serán conceptos totalmente vacíos. JUS-TI-FI-CA.
4. «¿Cuál crees que es tu mayor defecto?» Las empresas ya no suelen preguntar este tipo de cosas pero, por si acaso, sé precavido. El truco de disfrazar los defectos como si fueran virtudes es más viejo que el hambre y ellos se lo saben de memoria. Nada de “Soy muy perfeccionista” o “Suelo echarle demasiadas horas”. Sé honesto; y si no respondes con alguna de estas frases podrás salir más o menos airoso.
5. «¿Tienes alguna pregunta que hacernos?» Esta pregunta se parece mucho a la dos: es un lobo disfrazado con piel de cordero. Asegúrate, antes de entrar en la entrevista, que tienes varias dudas; tanto del puesto de trabajo al que optas como de la empresa en sí. Demostrarás interés, ¡pero tampoco te pases! Muchas de las cuestiones que lleves preparadas probablemente se respondan durante la entrevista, aunque también puedes preguntarles sobre cosas que ya habéis tratado y que no te hayan quedado claras.
Como ves, varias de las cuestiones que vas a tratar durante la entrevista tienes que llevarlas preparadas de antemano. A practicar. ¡Ánimo y suerte!